Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño, “SAHS”
En ocasiones, acuden pacientes a la consulta con destrucciones dentales, rotura de prótesis, rotura de implantes y un largo etc, para lo que no encontramos una causa que justifiquen estos procesos destructivos. Estas manifestaciones son signos indirectos que asociados a otros datos clínicos nos hacen sospechar que nuestros pacientes pueden estar padeciendo una alteración del sueño compatible con un Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño, “SAHS”.
La Vigilia y el Sueño
Podemos decir que el ser humano tiene dos estados, el de vigilia y el del sueño, ambos son situaciones de un mismo proceso “LA VIDA”. El uno sin el otro son incompatibles. Está calculado que sin dormir no viviríamos mas de tres meses.
Durante el sueño nos reparamos, almacenamos y ordenamos nuestra memoria con datos imprescindibles para nuestra actividad diaria, favorecemos el aprendizaje e incluso se produce la maduración del cerebro en las primera etapas de la vida. El sueño y la vigilia son dos estados de un mismo proceso, su alteración produce enfermedad. Dormimos para poder estar despiertos.
La cantidad de horas que necesitamos dormir depende de la edad. Un recién nacido necesita de 16 a 18 horas diarias, un niño de 10 años de 10 a 11, horas, uno de 15 años entre 9 y 10 horas, y un adolescente de 8 a 9 horas.
Nuestros adolescentes están somnolientos todo el día y es porque duermen menos de lo que necesitan. Los hábitos sociales, los móviles, las pantallas retroiluminadas hacen que descanse menos horas y que su sueño sea de peor calidad. El sueño perdido no se recupera nunca al 100 por 100.
En el extremo contrario están las personas de la tercera edad que duermen menos, sus necesidades de descanso son menores, solo requieren entre 6 u 8 horas de sueño para repararse y poder vivir la vigilia plenamente. Pero situaciones como la soledad, muchos han perdido a sus seres más próximos, la enfermedad o el hecho de estar polimedicados hacen que se aburran y se depriman, y se quedan dormido a media mañana, después de comer e incluso antes de cenar, de tal manera que, cuando van a descansar a la cama, ya han dormido dos o tres horas del total que dormirán ese día, y solo descansarán 3 ó 4 horas. Esto unido a que les cuesta mas iniciar el sueño y que su sueño es mas superficial les hace tener la sensación de insomnio, de no dormir.
Las siesta, y esto es general para los adultos, solo una y nunca de más de 20 minutos. Como regla nemotécnica… “a más edad, menos siesta”.
“Si roncamos, dormimos como benditos“
…todo lo contrario; sufre nuestro corazón, aumenta nuestra tensión arterial, disminuye la calidad del sueño, aumentan los accidentes y en definitiva, aumenta la mortalidad.
Nuestras horas de vigilia son de peor calidad. Si roncamos 5 de cada 7 días es un “Roncar Patológico” y hay que tratarlo. El tratamiento es multidisciplinar, intervienen la unidad del sueño, el médico, el otorrino, el endocrino, el cirujano, los dentistas y los ortodoncistas.
Si es un SAHS grave, se trata con las conocida CPAP, que son máquinas que mantiene las vías aéreas abiertas mediante la insuflación de aire constante a presión positiva. Cuando los casos son leves o moderado o bien no se tolera la CPAP entonces los dentistas utilizamos dispositivos intraorales que mantiene esas vías aéreas permeables.

Los niños no son ajenos a esta enfermedad y en ellos un sueño de mala calidad da lugar a problemas de aprendizaje, a fracaso escolar y a un largo etc. Hay que eliminar lo que obstruya las vías aéreas, como son las amígdalas hipertróficas, las adenoides o con el ortodoncista adelantar el maxilar o expandirlo según la tipología. Se trata siempre de mantener las vías aéreas despejadas
Nos enseñan a comer, a controlar nuestros esfínteres, nos educamos en muchos aspectos, pero no nos enseñan a dormir… es una asignatura pendiente de la que podremos hablar, sin duda, en otra ocasión.
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Clínica Dental Mantecón y Asociados, Santander